El 11 de octubre se cierra al público el Museo Vasco por las obras de remodelación integral

 El 11 de octubre se cierra al público el Museo Vasco por las obras de remodelación integral

El 11 de octubre se cierra al público el Museo Vasco por las obras de remodelación integral

El 11 de octubre se cierra al público el Museo Vasco por las obras de remodelación integral
El 11 de octubre se cierra al público el Museo Vasco por las obras de remodelación integral

Se cerrarán todas sus salas para acometer los siguientes pasos del proceso de renovación tales como vaciado de piezas singulares o catas arqueológicas en diferentes espacios, aunque la actividad no se detendrá ya que se estudian diferentes formas con las que mantener “viva” la agenda del Museo en otros espacios durante el tiempo que duren las obras

El Museo Vasco de Bilbao estará abierto al público hasta el próximo 11 de octubre. A partir de esa fecha, la institución vizcaina cerrará sus puertas temporalmente para acometer los siguientes pasos pendientes en la renovación integral museográfica y arquitectónica en la que se encuentra inmerso.

Entre estas labores previas a la obra se encuentran tareas como el vaciado de piezas singulares que por su volumen y delicadeza requieren de mecanismos especiales, desmontaje y traslado de la reproducción de la Cruz de Kurutziaga, catas de cimentación, cata arqueológica de la escalera claustral o vaciado de los escudos de piedra que se encuentran en el claustro y que son parte de la colección.

En la primera mitad de 2021 el público tuvo la oportunidad de conocer la exposición permanente y el edificio por última tal y como se ha mantenido durante los últimos 50 años. El 15 de junio se cerró la histórica muestra debido al traslado de la colección. Ahora esa colección se encuentra en un depósito externo, un lugar pionero en gestión de colecciones que albergará más de 50.000 piezas y que cuenta con 1.150 m2, con control de parámetros ambientales, compactos rodantes para textil y obra gráfica, medidores electrónicos y una sala con sistema hidrófugo.

El verano de 2021 ha servido para ofrecer al público, además de la fascinante arquitectura del patio, la exposición temporal Gigantes y Cabezudos de Bilbao. Ahora, el proyecto de renovación, firmado por los arquitectos ganadores del concurso Antonio Vaíllo y Juan Luis Irigaray, tiene que seguir adelante y ello obliga a cerrar también el este espacio.

Durante el último año, y gracias a la labor de varios equipos de trabajo formados por técnicas del Museo, conservadoras y restauradoras, se ha trasladado prácticamente la totalidad de la colección, que ronda las 50.000 piezas. Sólo quedan pendientes de traslado cerca de un centenar de objetos, que corresponden a la parte de la colección que se encuentra ubicada en el claustro y algunas otras piezas de gran volumen y peso. Por esta razón, la institución ve necesario cerrar sus puertas en este momento, aunque todavía las obras no vayan a comenzar.

Una vez que las obras de remodelación hayan finalizado, muchas de esas piezas volverán al nuevo Museo Vasco para formar parte de la nueva exposición, que a partir de ese momento dejará de ser permanente para pasar a ser semipermanente. Todo bajo una museografía regida por los más novedosos protocolos museísticos.

Hasta esa fecha, la actividad no se detendrá ya que desde este momento se están estudiando diferentes formas con las que mantener “viva” la agenda del Museo Vasco en otros espacios durante el tiempo que duren las obras. Por ejemplo, ya se trabaja en un programa de visitas guiadas al depósito externo, conferencias en torno al proyecto para el público general, visitas a la obra, etc. De todo ello se irá informando en los próximos meses.

EL CAMINO HACIA EL NUEVO MUSEO VASCO

La institución trabaja desde hace varios años en su proyecto de renovación integral museográfica y arquitectónica. Una minuciosa labor que dará lugar a un espacio actualizado y que plantea más de 6.400m2 de superficie museística, un incremento del 38% respecto al presente.

Hasta llegar a este momento, el Museo Vasco ha ido dando pasos con el objetivo de construir un museo con marcado carácter internacional. Entre 2016 y 2018 se realizó una intervención de adecuación del Claustro que consistió en la reforma del solado, la limpieza de fachada y la instalación de un cubrimiento acristalado integrado en el edificio y orientado a favorecer la conservación de las piezas.

Además, en ese mismo año se realizó una inversión de 5 millones de euros por parte del Ayuntamiento de Bilbao y la Diputación Foral de Bizkaia para adquirir el edificio Kurtze, situado en la calle Cruz junto al museo actual, con el objetivo de convertirlo en espacio museístico-cultural. Actualmente, con la adecuación de un depósito externo que se inauguró públicamente hace escasas semanas y que alberga ya gran parte de la colección del Museo en perfectas condiciones de conservación. Estas labores comenzaron en junio de 2020 y deberán finalizar en las próximas semanas. Un espacio exclusivo para estas piezas que posibilita su gestión de forma mejorada y vanguardista, y que liberará espacio en el edificio principal del Casco Viejo bilbaíno para uso público.

Por otra parte, la institución vizcaína ha trabajado en la redacción de un proyecto museográfico previo al concurso que hace que tanto el proyecto como el nuevo museo lleguen bajo el concepto Aretz Bizia. Un plan que concibe un museo de sociedad abierto al Mundo que busca un replanteamiento funcional y museográfico que incluye la remodelación integral del edificio y un nuevo diseño del discurso expositivo. De ahí que la institución haya solicitado equipos multidisciplinares a la hora de recibir los proyectos candidatos.

En esta línea, el concepto Aretz es un homenaje a la pieza de la colección actual Aretz-zarra, mientras que la denominación bizia habla del dinamismo y sentido de continuidad, fonéticamente asociado a Bizkaia y Bilbao. Una metáfora que trata de proyectar la idea de que el museo, la propia sociedad y la cultura vasca, al igual que el roble, son organismos vivos en permanente crecimiento en el que todas/os las/os ciudadanos juegan un papel relevante. Siempre sin olvidar el objetivo principal del Museo Vasco, la difusión de la cultura vasca, este proyecto aspira a llevar a la institución a triplicar sus visitantes actuales, impulsar la conmemoración de su centenario en el año 2023 y optar al Premio Museo Europeo del Año (EMYA) una vez que el nuevo Museo abra sus puertas.

Unos de los encargados de conseguir estos logros serán los arquitectos Antonio Vaíllo y Juan Luis Irigaray, ganadores del concurso de ideas que la institución convocó, a la que se presentaron 9 propuestas distintas, y cuyo fallo por parte de un jurado profesional se dio a conocer el pasado mes de marzo de 2020.

Eko-nekta, la propuesta vencedora, pone especial atención en promover los valores del lugar donde se encuentra enclavado el Museo Vasco. Para ello se propone dar la máxima relevancia al edificio histórico original, recuperando la crujía longitudinal continua del edificio del siglo XVII, como se puede ver en planos de la Real Casa de Misericordia de 1.867. Y a la vez dignificando el gran espacio del Claustro como verdadero centro del espacio expositivo.

Por otra parte, con la parte expositiva se pretende que cada espacio acoja diferentes “escenarios” bajo la modalidad del bucle narrativo. De tal modo que la narración es variada y permite la multiplicidad de relatos en un mismo espacio, esto genera una gran expectación en el visitante, dado que este es capaz de descubrir que el espacio va acompañado de tiempo, no de un modo estático, sino que en este caso es inmersivo, comprende que puede interactuar y emprende una actitud activa para “descubrir”.

Permite combinar las variables de un espacio: iluminación, sonido, proyecciones… ofreciendo multiplicidad narrativa. Se propone una museografía donde se combinan las variables de modo que el visitante interactúa con ella, mediante células de movimiento, accesorios interactivos, etc.

En estos momentos, el equipo multidisciplinar formado por el estudio de arquitectura de Vaíllo e Irigaray se encuentra trabajando en los detalles arquitectónicos y museográficos del nuevo Museo Vasco. El pasado mes de junio se presentó el proyecto definitivo en el que se pudieron descubrir, gracias a una maqueta, infografías y textos, qué aspecto tendrá la institución vizcaína una vez que el proyecto esté culminado.

Fuera ya de lo arquitectónico y museográfico, uno de los últimos pasos que el Museo ha dado en este camino ha sido la realización de una cata arqueológica en parte del edificio necesaria por la ubicación del edificio ya que se encuentra en una zona de presunción arqueológica. Además, el equipo arqueológico encargado de esta labor permanecerá en el Museo durante toda la obra para realizar un seguimiento exhaustivo.

Por otro lado, uno de los siguientes pasos más destacables es la licitación a concurso de la obra arquitectónica y museográfica. Esta tarea se producirá en las próximas semanas y servirá para que en los próximos meses puedan comenzar las obras en el edificio, unos de los pasos fundamentales para crear el nuevo espacio.

Una vez que la remodelación de la institución comience el Museo Vasco se mantendrá “vivo” durante los meses que no pueda abrir sus instalaciones al público. Para ello, realizará diferentes actividades en otros espacios y aumentará su presencia digital en los diferentes apartados con los que actualmente cuenta.

Además de todos estos avances, la institución vizcaína informará periódicamente de todas las labores que se vayan realizando dentro de este proyecto de renovación integral arquitectónica y museográfica.