El Bosque de Oma se traslada a un terreno ubicado junto al actual y se abrirá al público de nuevo en el verano de 2022

 El Bosque de Oma se traslada a un terreno ubicado junto al actual y se abrirá al público de nuevo en el verano de 2022

El Bosque de Oma se traslada a un terreno ubicado junto al actual y se abrirá al público de nuevo en el verano de 2022

El Bosque de Oma se traslada a un terreno ubicado junto al actual y se abrirá al público de nuevo en el verano de 2022
El Bosque de Oma se traslada a un terreno ubicado junto al actual y se abrirá al público de nuevo en el verano de 2022

La Diputación Foral de Bizkaia ha optado por una parcela contigua al actual Bosque Pintado de Oma para albergar esta obra de Ibarrola, con el objetivo de dar continuidad a este conjunto pictórico, afectado por el estado de los árboles en los que se dibujó originariamente.

El nuevo emplazamiento ha sido elegido porque reúne las condiciones morfológicas adecuadas para acoger la propuesta creativa de Agustín Ibarrola y cuenta, además, con elementos que favorecen una mejor gestión del espacio.

La apertura en verano 2022 se realizará con los conjuntos más conocidos ya pintados y mientras se continúa la reproducción del resto, de manera que será en verano de 2023 cuando se abrirá en todo su esplendor.

La Diputación Foral de Bizkaia mantendrá el Bosque Pintado de Oma en la localidad de Kortezubi. El diputado general de Bizkaia, Unai Rementeria, ha anunciado hoy junto al hijo del artista, José Ibarrola, que el bosque se trasladará al monte Basobarri, un terreno de trece hectáreas situado en una ubicación contigua al actual Bosque de Oma.

«Hoy celebramos que tenemos una solución ideal, redonda El bosque pintado de Oma recupera la vida, su futuro. La Diputación Foral de Bizkaia ha adquirido un nuevo bosque para la obra de Ibarrola pegado al actual. El bosque de Basobarri es un nuevo lienzo para la misma obra. Un lienzo perfecto de trece hectáreas para mantener lo sustancial, la esencia del bosque pintado, el mensaje de Agustín. Cambian los árboles, sí, pero no cambia el arte ni la magia de Ibarrola y su lenguaje, ni la complicidad con el entorno, ni la profunda conexión con San Miguel de Ereñozar y Santimamiñe, con nuestro pasado y nuestro presente. Insisto: cambia el lienzo pero no la obra. Y creo que eso es lo más importante. El bosque pintado seguirá vivo. El valle de Oma seguirá siendo un referente cultural», ha señalado el Diputado General.

En la elección han primado las cuestiones artísticas que el espacio requería para albergar la obra de arte de Agustín Ibarrola. Además, se ha aprovechado para contemplar otras cuestiones relativas a las infraestructuras y la gestión del espacio y los visitantes que acudirán a visitarlo.  Rementeria ha explicado que «cuando los retos son muy complicados, casi imposibles, como era éste, las soluciones saben mejor. Nos resistíamos a entender Bizkaia sin este bosque. Y no hemos parado hasta dar con la solución perfecta, la ideal. Hemos manejado hasta 27 propuestas diferentes. Hemos recurrido a todos los expertos posibles. Expertos en arte, en árboles, en bosques, en conservación … Y hemos tomado la decisión de Basobarri. O mejor, Basobarri la ha tomado por nosotros. Primero, porque está junto al actual bosque. También porque los pinos radiata son apropiados y están en su mejor edad, entre 30 y 35 años, porque la morfología del terreno es ideal para entender las pinturas tal como las concibió Agustín, porque nos sirven los mismos accesos por Basondo y las mismas infraestructuras, porque sigue siendo el mágico valle de Oma, Urdaibai y porque mejoramos muchísimo la accesibilidad para las labores de mantenimiento y, sobre todo, para atender posibles emergencias. Y no olvidemos que hablamos de un tesoro cultural que puede alcanzar los 100.000 visitantes anuales.»

Las características artísticas que la obra requería eran un aspecto de importancia crucial en la elección del nuevo espacio. Por ello, la obra seguirá siendo plasmada sobre árboles, sobre especies vivas, manteniendo el soporte como un elemento más de la propia obra de arte. Seguirá siendo, además, un bosque de pino radiata con un estado fitosanitario bueno.

Los ejemplares de pino radiata de este nuevo emplazamiento presentan ya un estado de madurez suficiente para contar con una entidad tal que permita trasladar a los mismos los conjuntos pictóricos del artista. En concreto, es especialmente importante que el fuste por su altura y entidad sea apto para plasmar en él los signos y dibujos que conforman la obra, y el nuevo entorno  presenta una plantación de árboles que están alrededor de los 30-35 años, lo que los hace idóneos para reflejar en ellos toda la obra del artista.

Para la realización de conjuntos artísticos de las características de los creados por Agustín Ibarrola es necesario contar con una determinada masa forestal con un volumen y cantidad de árboles que permita además mantener desde perspectivas y distancias suficientes, los procesos de bidimensionalidad y tridimensionalidad.  Además, la orografía de esta parcela con espacios llanos junto a otros de pronunciada pendiente, posibilitará en el futuro acoger los diferentes conjuntos que precisan de puntos de vista y perspectivas diferentes para ser disfrutados en su totalidad.

La amplitud del terreno y su cercanía a pistas forestales de cierta entidad permitirán dotarla de vías que permitan su adecuado mantenimiento y conservación, además de facilitar, en su caso, la  evacuación y atención de emergencias, de un espacio que recibe habitualmente a miles de visitantes.

La gestión futura del bosque permitirá, además, la posibilidad de aislar áreas de regeneración del propio Bosque garantizándose así el futuro del proyecto del Bosque Pintado.

El hecho de que el nuevo lugar esté contiguo al anterior bosque permite seguir utilizando las infraestructuras ya existentes, como el acceso a este nuevo emplazamiento, que continuará siendo desde el aparcamiento de Lezika, aspectos todos ellos especialmente importantes en un entorno de especial protección paisajística como es la Reserva de la Biosfera de Urdaibai.

En el proceso de análisis e identificación de las diferentes alternativas han tomado parte expertos en arte contemporáneo, y más concretamente en la obra del Bosque Pintado, y expertos en materias forestales pertenecientes en ambos casos a la Universidad del País Vasco y a la Diputación Foral de Bizkaia. 

En cuanto a los plazos estimados, se prevé que en colaboración con la UPV/EHU se empiecen a pintar los primeros conjuntos en mayo de 2022 con la intención de abrirlo al público en verano de ese mismo año en concepto de «abierto por obras», ya que para entonces estarán pintados los conjuntos más conocidos, y la obra seguirá realizándose con el Bosque abierto al público. Los trabajos pararán durante el invierno de 2023 por razones meteorológicas y se estima que el bosque pintado de Oma luzca de nuevo en todo su esplendor el verano de 2023.

Se estima una inversión total para todo el proyecto de un millón de euros.

El Bosque Pintado de Oma

El artista vizcaíno Agustín Ibarrola creó una de sus obras más emblemáticas como un proyecto de arte efímero, siendo los árboles del bosque, elemento vivo de ciclo vital, un elemento importante para la obra. Es una muestra representativa de la corriente Land art de arte contemporáneo. «Trato de establecer una relación entre la cultura contemporánea y la cultura milenaria de mi pueblo, que es donde están mis raíces», dice el propio Ibarrola de su obra.

El proyecto foral tiene como objetivo central dar continuidad a la creación artística de Agustín Ibarrola, una propuesta cultural de especial importancia que se ha consolidado en la comarca y que, a día de hoy, representa un recurso relevante para toda Bizkaia. El nuevo bosque conservará toda la esencia de la obra de Ibarrola.